La Política Nacional de Construcción Naval de Chile, es una iniciativa estratégica diseñada para modernizar y expandir la capacidad naval de Chile, impulsando la construcción, renovación de buques, unidades logísticas y de la Escuadra, en lugar de adquirirlos usados o en el extranjero. Para ello se buscara la colaboración entre el Estado y el sector privado, con ASMAR (Astilleros y Maestranzas de la Armada), involucrando a otros astilleros nacionales como ASENAV. La estrategia plantea que en 30 años, Chile tenga una construcción naval continua y planificada. Fomentando la investigación, desarrollo e innovación tecnológica y generando empleos directos e indirectos desde Arica hasta Punta Arenas. Con ello se reduciría la dependencia de la compra de navíos usados o de la construcción en el extranjero, asegurando que una parte significativa de la inversión y el capital chileno, se quede en el país. Comunidad aqui tenemos un video del Almirante Juan Andrés de la Maza quien explica en que consiste la Política Nacional de Construcción Naval.
Ventajas sobre Argentina, Perú y Bolivia:
Chile sobrepasaria a Argentina en términos de modernización de flota y capacidad de construcción naval local. Argentina ha enfrentado desafíos económicos que limitan inversiones en su flota naval, mientras que Chile, con esta política, asegura un desarrollo continuo y financiado.
Aunque Perú también tiene una industria naval importante, con SIMA-Perú como uno de sus pilares, la estrategia chilena de construcción continua y planificada posicionaría a Chile como líder de innovación naval en la región. De hecho, Chile ya supera a Perú en términos de poder naval, según diversos rankings.
Finalmente Bolivia, sin acceso al mar, tiene limitaciones naturales en cuanto a construcción naval. Siendo así, la Armada Boliviana no compite con Chile, ya que Bolivia desarrolla sus capacidades en ríos y lagos.
Chile piensa lograr estos objetivos a través de una serie de estrategias y acciones específicas como: Incrementar el presupuesto destinado a la Armada, para financiar la construcción de nuevos buques. También invertirá en la actualización de las instalaciones de ASMAR y otros astilleros nacionales, para poder construir buques de mayor tamaño y complejidad tecnológica. Chile colaborará con empresas extranjeras para la transferencia de tecnología, permitiendo que Chile adquiera y adopte tecnologías de vanguardia. A largo plazo, Chile no solo lograría la autosuficiencia, sino que también podrá exportar buques y servicios navales, aprovechando la experiencia y capacidades desarrolladas. En resumen, la Política Nacional de Construcción Naval de Chile no solo beneficia al país, en términos de desarrollo económico y empleo, sino que también mejora su posición estratégica y de seguridad nacional en comparación con sus vecinos, al asegurar una flota moderna y eficiente construida localmente. Una vez que Chile logre esta superioridad naval, muchos paises compraran y dependen de la tecnología Chilena, la cual se volverá en un referente mundial.
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