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Los soldados de la Compañía de Morteros del Regimiento N°21 Coquimbo, perteneciente al Ejército de Chile, dieron inicio al entrenamiento de los morteros de 81 y 120 mm. Este proceso busca familiarizar a los morteristas con las características técnicas y tácticas de estas armas esenciales, preparándolos para ejecutar futuros ejercicios de tiro real que apoyen maniobras terrestres, tanto de día como de noche. Los morteros, piezas fundamentales en el arsenal del Ejército chileno, son utilizados para atacar objetivos específicos desde posiciones ocultas, proporcionando fuego continuo y preciso en apoyo a las unidades de infantería. Entre las armas destacadas está el mortero Soltam de 81 mm, empleado por el Regimiento N°21 Coquimbo, que incluye un tubo, una base robusta, un trípode y una mira avanzada. Esta pieza tiene un alcance que supera los 4.000 metros, lo que lo hace ideal para operaciones en terrenos variados como los de la Región de Coquimbo, con sus valles y serranías. Este entrenamiento no solo fortalece sus capacidades técnicas, sino que también inculca disciplina y trabajo en equipo, valores arraigados en la tradición militar chilena. El Regimiento N°21 Coquimbo tiene una historia rica y combativa que se remonta a 1817, cuando Bernardo O’Higgins fundó el Batallón N°1 Cazadores de Chile en la entonces Intendencia de Coquimbo. Este grupo luchó en la batalla de Maipú en 1818, consolidando su legado en la independencia nacional. Durante la Guerra del Pacífico (1879-1884), la unidad, reorganizada como Batallón Cívico Movilizado Coquimbo N°1, tuvo un papel crucial en enfrentamientos como la toma de Pisagua y el asalto al Morro de Arica, demostrando su valentía en el campo de batalla. En 1880, se transformó en regimiento y continuó su evolución, adaptándose a los desafíos de cada época.