La Fuerza Aérea de Chile (FACh) activó sus protocolos de defensa aérea el pasado martes 27 de agosto, tras detectar un tráfico aéreo no identificado en el Estrecho de Magallanes. La alerta, que se produjo alrededor de las 20:00 horas, llevó al despliegue inmediato de dos aviones de combate F-5 Tiger desde la Base Aérea de Chabunco en Punta Arenas. La ministra de Defensa, Maya Fernández, confirmó la activación de los aviones F-5, destacando la rápida respuesta de la FACh para proteger la soberanía nacional. “Nuestra Fuerza Aérea actuó conforme a los protocolos establecidos, asegurando la defensa de nuestro espacio aéreo,” señaló la ministra. A pesar del despliegue, los aviones F-5 no lograron identificar ninguna aeronave sospechosa en la zona y regresaron a la base. La situación ha generado una investigación para esclarecer los hechos. Desde Argentina, el Ministerio de Defensa negó cualquier incursión de sus aviones en el espacio aéreo chileno. Los aviones F-5 Tiger, desarrollados por Northrop en la década de 1960, son conocidos por su capacidad de superioridad aérea diurna y su función de ataque a tierra. Estos jets supersónicos pueden alcanzar velocidades de hasta 1.400 kilómetros por hora y altitudes de 15 mil metros. La FACh adquirió 15 unidades de estos aviones en 1976, los cuales han sido modernizados al estándar Tiger III desde 1993. El incidente ha generado reacciones entre los parlamentarios chilenos, quienes han solicitado mayor claridad sobre la situación. La presidenta de la comisión de Defensa de la Cámara Baja, Camila Flores, expresó su preocupación por la posible vulneración del territorio nacional y pidió una investigación exhaustiva. Mientras tanto, la ciudadanía se mantiene atenta a los resultados de la investigación y a las medidas que pueda tomar el gobierno para garantizar la seguridad y soberanía del espacio aéreo chileno.
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