En un escenario de creciente tensión comercial, Chile y Canadá han unido fuerzas para rechazar la investigación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que busca imponer tarifas al cobre importado, argumentando que representa una amenaza para la seguridad de EEUU. Esta medida, anunciada en febrero de 2025, ha encendido las alarmas en Chile, el mayor productor de cobre del mundo, y ha generado un debate global sobre el futuro del comercio de este mineral esencial. Pero, ¿por qué Trump ve al cobre Chileno como un riesgo? ¿Qué está haciendo Chile para revertir esta situación? Quedense que aquí les contare todo lo que necesitan saber sobre esta noticia que podría impactar a la economía Chilena. El pasado 25 de febrero de 2025, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que ordena al Departamento de Comercio de EE.UU. investigar, si las importaciones de cobre, incluidas las de Chile, Canadá y Perú, afectan la seguridad nacional estadounidense. Según la Casa Blanca, el cobre es un material clave para la defensa, la infraestructura, tecnologías emergentes como los vehículos eléctricos, los centros de datos y las energías renovables. La preocupación de Trump se centra en la dependencia de EE.UU. del cobre Chileno, ya que EEUU importa cerca del 50% de su consumo, con Chile como su principal proveedor (70% de las importaciones de cobre refinado y aleaciones en 2024). El argumento de la administración Trump, es que esta dependencia podría comprometer la capacidad de EE.UU. para abastecer sus industrias estratégicas. Para Chile, estas acusaciones son un golpe directo. Chile no solo es el líder mundial en producción de cobre, con un 30% de la oferta global, sino que también ha sido un aliado confiable de EE.UU. bajo acuerdos de libre comercio. La idea de que el cobre chileno represente una “amenaza” parece más una estrategia comercial que una preocupación genuina por la seguridad.
Chile no se ha quedado de brazos cruzados. El embajador chileno en Washington, Juan Valdés, envió una carta el 31 de marzo de 2025 al Departamento de Comercio de EE.UU., afirmando que “las importaciones de cobre desde Chile contribuyen a la cadena de suministro de Estados Unidos y no representan ningún riesgo para sus intereses de seguridad nacional”. Esta postura fue respaldada por la Cámara Americana de Comercio en Chile (AmCham), que destacó los beneficios económicos y estratégicos que el cobre chileno aporta a EE.UU., advirtiendo que de continuar el hostigamiento, Chile podría redirigir sus exportaciones a China, quien consume el 50% del cobre mundial. A nivel global, el cobre es esencial para la transición energética. Desde cables eléctricos hasta baterías de vehículos eléctricos y paneles solares, el mundo depende de este mineral, y Chile está en el centro de esa demanda. Sin embargo, las tarifas de Trump podrían redirigir el cobre Chileno hacia China, fortaleciendo la posición del gigante asiático en un mercado que la administración estadounidense precisamente busca debilitar. De hecho hace unas semanas el presidente Gabriel Boric acudió a India, para suministrar cobre a la empresa India Hindustan Copper Limited. Siendo así el gobierno de Chile ha intensificado las negociaciones con EE.UU., enviando delegaciones a Washington con el objetivo de demostrar que el cobre chileno es un pilar de la seguridad de la cadena de suministro estadounidense, no una amenaza.
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