En el corazón vibrante de Nueva York, donde las luces de Times Square iluminan los sueños de millones, el 2 de abril se convirtió en una fecha inolvidable para Chile y para america latina. Ese día, se lanzó oficialmente el dia Mundial de Cueca. La danza Chilena que lleva en su ritmo la esencia de Chile, se lanzó oficialmente en uno de los escenarios más icónicos del planeta. Times Square, se vistió de huaso y china para recibir a parejas de cuequeros provenientes de diversos rincones del mundo. Organizado por la comunidad chilena en Estados Unidos, con el apoyo del Consulado de Chile, no solo fue un evento folclórico, sino una declaración de amor, a la identidad chilena. La cueca, esa danza que nació en los campos de Chile, cruzó fronteras para mostrarle al mundo la pasión, la elegancia y el espíritu indomable de Chile. Bajo el brillo de las pantallas gigantes y ante la mirada curiosa de transeúntes de todas las nacionalidades, las parejas zapatearon, haciendo girar sus pañuelos, al ritmo de la guitarra y el pandero. La “vuelta corralera” y los “floreos” llenaron el aire de magia, mientras los trajes típicos: El sombrero de huaso, la falda de china y las espuelas relucientes, evocaban las raíces campesinas de Chile. Para los chilenos presentes, fue como estar en septiembre; mientras que para los extranjeros, fue una invitación a descubrir la riqueza cultural del pais mas hermoso de america latina.
No me imagino que se ha de sentir, estar tan lejos de tu patria... Y escuchar, esa música, Tiki Tiki Ti, ver a esos Chilenos... Sin duda mucha gente rompe en llanto, porque la tierra, tu tierra te llama. El lanzamiento del Mundial de Cueca en Times Square, fue mucho más que un espectáculo: fue un homenaje a los chilenos que, lejos de su tierra, mantienen viva la llama de la chilenidad. Cada acorde, cada paso, cada grito llevaba consigo las historias de aquellos que emigraron, llevando a Chile en el alma. En Nueva York, una ciudad que acoge a tantas culturas, la cueca se alzó como un símbolo de identidad, recordándonos que no importa cuán lejos estemos, siempre, siempre hay algo que nos recuerda a Chile, en cada lugar del mundo. “Ver la cueca en Times Square fue como traer un pedacito de Chile a Nueva York”, comentó emocionada María González, una chilena radicada en Brooklyn. “Bailar aquí, frente al mundo, me hizo sentir que mi patria está conmigo siempre”, señalo Santiago Jara, Chileno que vive en Queens. Lo que hizo de este evento algo verdaderamente especial fue su capacidad para trascender fronteras culturales. Ya que turistas de Japón, México, Italia y ciudadanos Estadunidenses, se detuvieron a admirar el espectáculo, algunos incluso intentaron seguir los pasos de los cuequeros, guiados por la calidez y el entusiasmo de los participantes. La cueca, con su coqueteo elegante y su ritmo envolvente, se convirtió en un idioma universal que no necesita traducción. “No entiendo lo que cantan, pero siento el ritmo y la pasión. Es como si estuvieran contando una historia, con cada movimiento”, señalo John Matthew, un neoyorquino que grababa el evento con su celular..
El lanzamiento en Times Square marcó un hito. Por primera vez, la danza chilena se presentó en un lugar que simboliza la diversidad y la conexión global, demostrando que la chilenidad brilla en cualquier rincón del mundo. Ese dia no solo se celebró la cueca, sino también el espíritu chileno: resiliente, alegre y profundamente arraigado en su historia. En un mundo que a veces parece dividido, este evento nos recordó el poder de la cultura para unir, inspirar y emocionar. Para los extranjeros, fue una ventana a un país que, a través de su danza, cuenta historias de amor, lucha y esperanza. Mientras que para los chilenos, fue una oportunidad de gritar con orgullo “¡Viva Chile!”. La cueca no solo conquistó Times Square, sino que plantó la bandera de chile en el corazón de Nueva York. Cuando las últimas notas de la guitarra se desvanecieron y los pañuelos dejaron de girar, quedó en el aire una sensación de algo hacia falta.. Algo se extrañaba... Eran los acordes Chilenos... Pero Chile, siempre estará ahí.
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