Imagina una carretera que conecta el Atlántico con el Pacífico, uniendo Brasil, Paraguay, Argentina y Chile en una vía de 2.300 kilómetros, tan larga como ir de Santiago a Chiloé y volver. Ese es el Corredor Bioceánico, que está a punto de transformar el comercio y la integración de Sudamérica. Con avances al 70% en puentes clave y obras chilenas ya listas, esta ruta promete estar operativa a fines de 2025 o inicios de 2026, y Chile está en el centro de esta revolución logística. El Corredor Bioceánico conectará el corazón productivo de Mato Grosso do Sul (Brasil) con los puertos de Iquique, Mejillones y Antofagasta, pasando por el Chaco paraguayo y las provincias argentinas de Salta y Jujuy. “El año que viene esta ruta estará lista, y tanto la salida de productos brasileños hacia Asia, como la llegada de productos chilenos a Brasil será una grandísima oportunidad”, aseguró Eduardo Riedel, gobernador de Mato Grosso do Sul. En Chile, el compromiso es total. El gobierno de Gabriel Boric ha invertido $85 mil millones en mejorar la Ruta que une Tocopilla con Calama, un tramo clave para el corredor.. Solo faltan dos puentes: uno entre Puerto Murtinho (Brasil) y Carmelo Peralta (Paraguay), y otro en Pozo Hondo (Paraguay-Argentina), ambos con un 70% de avance.
El 22 de abril de 2025, el presidente Boric se reunirá con Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil para acelerar este proyecto. Chile es el tercer socio comercial de Brasil a nivel mundial, con un intercambio de US$12.250 millones en 2023. El Corredor Bioceánico no es solo una carretera; es una revolución económica y estratégica: Reducirá hasta 12 días los tiempos de transporte desde Brasil a Asia, ahorrando costos y haciendo los puertos chilenos la salida obligatoria al continente asiatico. Iquique, Mejillones y Antofagasta se consolidarán como hubs logísticos, impulsando empleo y desarrollo en Tarapacá y Antofagasta, regiones con alto potencial. El Corredor facilitara el comercio regional, haciendo que los productos chilenos como cobre, litio, vinos y frutas llegarán más rápido a Brasil, mientras que bienes brasileños, como soya y carne, fluirán hacia Asia vía Chile. En un mundo con tensiones comerciales, el corredor diversifica rutas, reduciendo la dependencia del Canal de Panamá y fortaleciendo la posición de Chile en el comercio global. Chile es la estrella principal de este proyecto, es por ello que el gobierno trabaja en 22 proyectos para optimizar carreteras, aduanas y puertos, con énfasis en la competitividad de Iquique y Antofagasta. Con un costo estimado de US$10 mil millones, el Corredor Bioceánico es la obra más ambiciosa de América Latina. En un contexto global incierto, Chile se posiciona como un líder en integración regional, aprovechando su estabilidad y puertos de clase mundial. ¡Chile está listo para conectar océanos y construir un nuevo capítulo en la historia de la región! ¿Qué opinas de este megaproyecto? ¿Crees que transformará el norte chileno? ¡Déjanos tu comentario!
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