La Armada de Chile, encabezada por el Contraalmirante Federico Saelzer, Comandante en Jefe de la Fuerza de Submarinos, tuvo una destacada participación en la Conferencia Internacional de Tecnología Submarina celebrada en Corea del Sur. Uno de los puntos culminantes de la visita fue el recorrido por el astillero de Hanwha Ocean en Geoje, donde se ultima la construcción del submarino KSS-III Batch-II, próximo a ser botado. La delegación chilena tuvo la oportunidad de explorar las avanzadas instalaciones y conocer las innovaciones en diseño y construcción naval de Hanwha Ocean, un referente global en la industria. Este astillero también recibió a delegaciones de Canadá, Polonia, Brasil, Marruecos y Arabia Saudita, quienes analizaron las capacidades del KSS-III, un submarino de vanguardia conocido por su tecnología de punta, incluyendo sistemas de propulsión mejorados y mayor capacidad operativa. El contraalmirante Saelzer también visitó un submarino U-214, donde se familiarizó con las tácticas operativas y los métodos de entrenamiento de la Armada de Corea. La delegación chilena también viajó a Changwon, donde conoció los avances de Hanwha Aerospace en baterías de litio de última generación, una tecnología crucial para la propulsión de submarinos modernos, que promete mayor eficiencia y autonomía. Además, la delegacion Chilena pudo revisar la lancha rápida no tripulada, V-BAT de Shield AI, que realizó un ejercicio de tiro coordinado, mostrando el potencial de las tecnologías autónomas en operaciones navales.
El programa KSS-III representa una opción atractiva para la Armada de Chile, que busca modernizar su flota submarina para mantener capacidades operativas de primer nivel. Estos submarinos destacan por su diseño stealth, sistemas de combate avanzados y la posibilidad de integrar misiles de crucero, lo que los hace ideales para misiones de disuasión y proyección de poder en escenarios marítimos complejos. Además, las baterías de litio desarrolladas por Hanwha Aerospace ofrecen mayor autonomía y tiempos de recarga reducidos en comparación con tecnologías tradicionales, lo que podría ser clave para operaciones en el extenso litoral chileno. Sin embargo, la adquisición de submarinos KSS-III implicaría consideraciones estratégicas y económicas. Chile ya opera submarinos de la clase Scorpène, construidos por el consorcio francés-español Naval Group y Navantia, lo que podría inclinar la balanza hacia mantener la interoperabilidad con esta plataforma.