lunes, 1 de mayo de 2023

Perpetradores de Chile y Argentina 馃嚚馃嚤 #Chile #Valparaiso #Vi帽aDelMar #Bi...

NOTA POR RICARDO ORTIZ PINTO. Hacia fines del siglo XIX la isla Grande de Tierra del Fuego concit贸 el inter茅s de grandes compa帽铆as ganaderas, fiebre de oro y perpretadores. La introducci贸n de las estancias ovejeras cre贸 fuertes conflictos entre los nativos y los colonos brit谩nicos, argentinos y chilenos, conflicto que adquiri贸 ribetes de guerra de exterminio. Las grandes compa帽铆as ovejeras a la cabeza de Mauricio Braun y Jos茅 Men茅ndez, fundadores de la anonima empresa que hoy sigue teniendo muchisimo peso en la patagonia argentina. Llegaron a pagar una libra esterlina por cada selknam muerto, lo que era confirmado presentando manos u orejas de las v铆ctimas. Las tribus del norte fueron las primeras afectadas, inici谩ndose una oleada migratoria al extremo sur de la isla para escapar de las matanzas. En busca de alternativas, en 1890 el Gobierno chileno cedi贸 la isla Dawson, en el estrecho de Magallanes, a sacerdotes salesianos que establecieron all铆 una misi贸n dotada de amplios recursos econ贸micos. Los selknam que sobrevivieron al genocidio fueron virtualmente trasladados a la isla, la que en un plazo de veinte a帽os cerr贸 dejando un cementerio poblado de cruces. Incluso dos familias selk'nam fueron expuestas en la Exposici贸n Universal de Par铆s (1889) en la celebraci贸n por el centenario de la revoluci贸n francesa. Es necesario mencionar que la mayoria de los planes mas crudos y cobardes se ejecutaron en el lado argentino, donde las mas grandes fueron:

-El plan de San Sebasti谩n (28 bajas). El 25 de noviembre de 1886, el capit谩n Argentino Ram贸n Lista desembarc贸 en la playa de San Sebasti谩n con el fin de explorar la regi贸n. Ese mismo d铆a se top贸 con una tribu ona. El capit谩n intent贸 tomarlos prisioneros, pero estos se resistieron. Lista orden贸 entonces a sus hombres abrir fuego y eliminaron a 27 onas.

-El envenenamiento de Springhill (cerca de 500 bajas). Una tribu selknam se abalanz贸 sobre una ballena, varada en la playa. En tan solo un d铆a, gran parte de la tribu muri贸. La ballena hab铆a sido inoculada con veneno.

-La plan de Punta Alta (25 bajas)

-El plan de la playa de Santo Domingo (300- 400 bajas)

Alejandro McLennan invit贸 a una tribu selknam, a la que 茅l hab铆a estado hostigando, a un banquete para sellar un acuerdo de paz. Durante el banquete, McLennan sirvi贸 grandes cantidades de vino. Al comprobar que la mayor铆a de los ind铆genas se hab铆an embriagado, en especial los hombres, McLennan se alej贸 del lugar y orden贸 a sus ayudantes, apostados en las colinas, abrir fuego contra toda la tribu.

-El hallazgo del italiano (80 bajas)

Dentro de los perpetradores mas conocidos encontramos a Julio Popper. Durante las expediciones mineras comenzo la aniquilacion m煤ltiples de selknam. Uno de los l铆deres de estas expediciones fue el rumano Julio Popper, formado en Inglaterra, luego nacionalizado argentino. El oficial argentino Ram贸n Lista, en 1886, pasar铆a a la historia tras el accionar despiadado de los soldados a cargo en contra de los ind铆genas. Para algunos investigadores, “separar la cultura selk’nam de las circunstancias en que fue erradicada es la reproducci贸n del sentido colonial que justific贸 su desaparici贸n a fines del siglo XIX y principios del XX”. La realidad historica negada, el despojo de tierras y la lucha de las comunidades ind铆genas son los ejes de "Argentina Originaria: perpetraciones, saqueos y resistencias", las continuidades de la agresividad estatal y, tambi茅n, la defensa del territorio que realizan los pueblos originarios. Las cinco acciones y la 煤ltima dictadura c铆vico-militar de Argentina. No se duda de esos cr铆menes de lesa humanidad.

A fines del siglo XIX el Estado argentino tambi茅n, desapareci贸 personas, tortur贸 y dio de baja. Los pueblos ind铆genas estuvieron, como nunca antes en su historia, cerca de desaparecer. Sin embargo, a煤n hoy, un gran sector de la sociedad argentina niega que esto haya pasado. La Argentina moderna est谩 construida sobre esa negaci贸n, la madre de todas las represiones. Desde hace una d茅cada, tras resistir y anular las llamadas leyes de impunidad, en distintas ciudades del pa铆s est谩n siendo juzgados y condenados los responsables militares y civiles, de cr铆menes consumados durante la dictadura. No hubo intenci贸n pol铆tica de hacer algo similar hacia los cr铆menes de lesa humanidad cometidos contra los pueblos ind铆genas. “Nunca cay贸 el r茅gimen que implement贸 las campa帽as militares de fines de siglo XIX y principios del XX que derrotaron la autonom铆a ind铆gena, a fuerza de perpetraciones, para consolidar al Estado nacional. Hay una continuidad hasta nuestro presente”, explica el historiador Walter Delr铆o, autor de Memorias de expropiaci贸n, sometimiento e incorporaci贸n ind铆gena en la Patagonia (1872-1943).

Delr铆o es codirector de la Red de Investigadores en Perpetraciones y Pol铆tica Ind铆gena Argentina y profesor de la Universidad Nacional de R铆o Negro. En su producci贸n acad茅mica brinda pruebas de c贸mo, luego de la
conquista militar, el Estado construy贸 un discurso de negaci贸n de la realidad ind铆gena del pa铆s, donde “el crisol de razas” neg贸 lo originario. Detalla que la invisibilizaci贸n fue una estrategia de dominaci贸n,
que permiti贸 el desarrollo de distintas pr谩cticas perpetradoras, como el traslado masivo de personas, la separaci贸n de familias y la supresi贸n de la identidad de menores, la utilizaci贸n de prisioneros como mano de obra esclava y la reducci贸n en campos de perpetraci贸n. Diana Lenton –doctora en antropolog铆a, especialista en temas de pol铆tica ind铆gena y codirectora de la Red de Investigadorxs en perpetraciones– llama “pecado original” al nacimiento de Argentina sobre un engranaje jur铆dico que neg贸 los derechos de los pueblos ind铆genas y, adem谩s, ejecut贸 la desaparici贸n de la poblaci贸n originaria. La conformaci贸n del Estado nacional, a fines del siglo XIX, coincidi贸 con un tipo de discurso autoritario que luchaba por hegemonizar el cuerpo de discursos sobre la poblaci贸n. Luego de la campa帽a militar al Sur sobrevino la avanzada sobre el Norte, tambi茅n llamada "Conquista del Desierto Verde". Las poblaciones ind铆genas eran sometidas, obligadas a ser mano de obra esclava en las plantaciones de ca帽a de az煤car y en los algodonales. Tambi茅n se los oblig贸 a incorporarse al Ej茅rcito. Los ni帽os y mujeres fueron repartidos para el trabajo domiciliario. Sin embargo, el Estado argentino permanece desmemoriado respecto de otra perpetraci贸n mucho m谩s prolongada en el tiempo: el de los pueblos originarios, que al d铆a de hoy no han recibido reparaci贸n alguna por los cr铆menes cometidos contra ellos por parte del Estado argentino en sus dos siglos de independencia. A d铆a de hoy, los billetes de cien pesos ostentan la imagen de Julio Argentino Roca, el art铆fice de la sanguinaria Campa帽a del Desierto, el avance sobre la regi贸n del Chaco y otras campa帽as militares que, a fines del siglo XIX, arrebataron a los pueblos abor铆genes sus tierras y exterminaron a buena parte de su poblaci贸n. Tanto Roca como el resto de militares que culminaron con 茅xito aquellas batallas mantienen su estatus de h茅roes de la patria, con calles dedicadas, estatuas ecuestres y solemnes l谩pidas en el tur铆stico cementerio de Recoleta.

El mito del 'crisol de razas'
Un siglo y medio despu茅s, los pueblos ind铆genas siguen fuera de la agenda de los grandes medios de comunicaci贸n. "Se oscila entre la negaci贸n del tema ("en Argentina no hay ind铆genas") y mostrarlos como el pasado salvaje" o el "hecho folcl贸rico", argumenta Aranda. El Estado construy贸 un discurso de negaci贸n de la realidad ind铆gena del pa铆s a partir del mito del "crisol de razas" que permiti贸 el sometimiento de las poblaciones abor铆genes, desde los mapuches a los qom, los wichis o los pilag谩. Poco se ha escrito, por ejemplo, de la isla Mart铆n Garc铆a, ubicada junto al R铆o de la Plata, que a fines del siglo XIX se convirti贸
en un inmenso campo de agrupaci贸n. Por all铆 pasaron, entre 1872 y 1886, no menos de 3.000 personas. S贸lo en 1879 fueron apresados -y bautizados- 825 ind铆genas. Pero la isla Mart铆n Garc铆a fue s贸lo uno de los muchos campos de agrupaci贸n que surgieron en todo el pa铆s: un estudio de la Universidad de Buenos Aires (UBA) cifr贸 aquella barbarie en 30.000 desaparecidos. Los mismos que las estimaciones m谩s citadas calculan para la represi贸n de la dictadura militar. En general, con una gran desconocimiento. La mayor铆a de la sociedad desconoce que la Rep煤blica Argentina se fund贸 sobre una perpetraci贸n en masa, no s贸lo en desmedro del pueblo mapuche, sino tambi茅n de otros pueblos ind铆genas. No s贸lo -en la actual Patagonia-, sino tambi茅n en la regi贸n del Chaco. Entonces, la mayor铆a de los argentinos son presa f谩cil de los estigmas que imprimen los grandes medios de comunicaci贸n.

En la actualidad, la sistem谩tica agresi贸n de derechos humanos de pueblos ind铆genas no escandaliza a la opini贸n p煤blica. Incluso es negada por un sector de intelectuales, comunicadores y referentes de opini贸n. Las v铆ctimas de las perpetraciones no fueron sectores urbanos, ni clase media. La negaci贸n tiene ra铆ces 茅tnicas y de clase social. Y, sin duda, econ贸micas: los distintos modelos productivos del 煤ltimo siglo y medio –agroexportador, petrolero, forestal, minero– tuvieron y tienen como escenario gran parte de los ancestrales territorios ind铆genas. A trav茅s de la historia y por la p贸lvora, el Estado Argentino ha perseguido e intentado borrar al pueblo mapuche. La historia represiva en Puelmapu pasa por la mal llamada “Conquista del Desierto”, despojo de tierras y bajas. Pese a ello, la cultura, la lengua, la organizaci贸n pol铆tica y la tradici贸n se supo conservar hasta al d铆a de hoy. Dan cuenta de ello la inmensa sabidur铆a ancestral que hoy sustenta la forma de vida mapuche. Se suele considerar, desde la historia winka, la “Conquista del Desierto” como el primer atropello al pueblo Mapuche. Pero Roca solo representa una cara de las muchas que el Estado Argentino us贸 para intentar eliminar a dicho pueblo. Gran parte de la err贸nea historia sobre el pueblo mapuche viene de cr贸nicas de viajeros, sacerdotes y militares europeos. Pero, a diferencia de otros pueblos desaparecidos, este s铆 cuenta con mujeres y hombres que pueden hablar de su pasado. Existe tambi茅n una historia de principos del siglo XIX; donde el gobierno de Bernardino Rivadavia contrata a un oficial Friedrich Rauch fu茅 un militar nacido en Weinhem en 1790 que combati贸 en las campa帽as napole贸nicas y que lleg贸 a Argentina en 1819 para las campa帽as contra los abor铆genes pampas del gobernador Mart铆n Rodr铆guez. Tambi茅n que en 1826 el presidente Bernardino Rivadavia emiti贸 un decreto y contrat贸 a Rauch para exterminar a los indios ranqueles. Por 煤ltimo, sabemos que quien le dio muerte un 28 de marzo de 1829 fue Nicasio Maciel, un ranquel conocido como “Arbolito”. Un reconocido nativo que en el combate de la laguna vizcachera lo espera en una hondonada donde el militar europeo va solo adelantado y a toda velocidad cuando su corcel es boleado y lo decapita en nombre de tantos ranqueles dados de baja por el durante 2 a帽os al fin cae.

El Estado-Naci贸n frente a las otras naciones:

En 1869, en el mapa con los l铆mites geogr谩ficos de Argentina que present贸 Nicasio Oro帽o al Congreso de la Naci贸n, la Patagonia no formaba parte del pa铆s. Los pueblos originarios no formaron parte del primer censo nacional debido a que no estaban sometidos al gobierno central. Tres a帽os despu茅s, parte de este territorio fue sede de la batalla entre las huestes del cacique Calfulcur谩, quien sosten铆a una pol铆tica
de enfrentamiento con otros referentes mapuche, apoyado logisticamente por el ejercito de Chile con armas y apoyo de ciudadanos chilenos que apoyaban la causa mapuche, contra el ej茅rcito argentino, entre los que se encontraban los lonkos Coliqueo y Catriel, mapuches al mando de una fracci贸n originaria. Una lectura posible de esta batalla es que, en esa 茅poca, las alianzas correspond铆an m谩s a una necesidad pol铆tica que a una hegemon铆a 茅tnica. Siguiendo los designios de la Sociedad Rural Argentina -creada en 1866-, en 1878, el general Julio Roca inici贸 el plan base para convertir a Argentina en fuente de alimento para las potencias. Para esto, era necesario controlar grandes extensiones de tierra que, en ese momento, eran controladas en su gran mayor铆a por las diferentes lofche. Resultado de esto, comenz贸 la perpetraci贸n de pueblos originarios, entre ello, bajas y desapariciones de muchas familias mapuche.

El Informe Oficial del Ej茅rcito Argentino dice que fueron 14.000 los guerreros que resultaron en bajas o prisioneros durante este per铆odo. Hasta hace pocos a帽os atr谩s, el cuerpo del lonko Inacayal, que hab铆a sido llevado al museo de Ciencias Naturales de La Plata y exhibido vivo, era una pieza m谩s de este museo. El mismo a帽o en que comenz贸 la campa帽a, se crea la gobernaci贸n de la Patagonia, extendiendo el l铆mite hasta al sur de la provincia de Tierra del Fuego. Otra de las estrategias que tom贸 la Organizaci贸n Nacional fue de corte cultural e hist贸rica. Para borrar la historia mapuche y originaria, convirtieron al cristianismo a todos los sobrevivientes cambi谩ndoles el nombre, signo de identidad originaria, por nombre espa帽oles. Entre 1911 y 1914, se crean las Polic铆as Fronterizas, fuerzas represivas especiales con jurisdicci贸n sobre las zonas cercanas a la cordillera. Su objetivo eran las poblaciones mapuche y se las atacaba en peque帽as partidas que daban golpes con el fin de aterrorizar, capturar personas y recursos, y mantener el control del territorio.

El comienzo del nuevo siglo no trajo para los pobladores de Puelmapu una visi贸n de expansi贸n y esperanza. Las comunidades que se lograron asentar y recuperar territorios son constantemente atacadas por la Gendarmer铆a, la Prefectura, el Ej茅rcito, los jueces y el ejecutivo. En los 煤ltimos a帽os, comunidades como Vuelta del R铆o, Paichil Antriao o las Puf Lof en Resistencia del Departamento Cushamen han sido constantemente atacadas y resistidas. La desaparici贸n forzada de Santiago Maldonado en Cushamen, la baja del weichafe Rafael Nahuel en la comunidad Lafken Winkul Mapu y la persecuci贸n pol铆tica seguida de extradici贸n al lonko Facundo Jones Huala, dan cuenta de la postura del Estado Argentino. Hoy en d铆a, algunos de los territorios libres controlados por el pueblo mapuche son: Newwnkura, Kaxi Payi帽, Campo Maripe, Wirkalew, Motoco C谩rdenas, Cahsun, Pulgar, Pu Lof en resistencia de Cushamen, Calfullanca, Prane, Pillan Mahuiza, Vuelta del R铆o y Lafken Winkul Mapu.


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